Contexto
A nivel mundial, la evidencia acerca de los conocimientos y el uso de anticoncepción de emergencia a partir de datos poblacionales es limitada, a pesar de que dicha información sería útil para aumentar el acceso al método. Examinamos datos sobre los conocimientos y el uso de anticoncepción de emergencia en 45 países, usando como base encuestas de población.
Métodos
Mediante regresiones logísticas, se analizaron datos por país obtenidos de Encuestas Demográficas y de Salud (EDS), referentes a mujeres en edades entre 15 y 49 años con el fin de identificar las asociaciones entre las características de las mujeres y el hecho de que hubieran escuchado acerca de la anticoncepción de emergencia o que la hubieran usado alguna vez. Se examinaron tendencias, con un enfoque regional y mundial, basándose en descriptores a nivel de individuos, hogares y comunidades, incluyendo la edad, la educación, el estado conyugal, la condición socioeconómica, así como la ubicación rural o urbana de las mujeres.
Resultados
La proporción de mujeres que habían escuchado acerca de la anticoncepción de emergencia varió entre un 2% en Chad a un 66% en Colombia, y la proporción de mujeres con experiencia sexual que la habían usado varió de un 0.04% en Chad a un 12% en Colombia. La probabilidad de haber escuchado acerca del método o de haberlo usado generalmente aumentó con el nivel de riqueza; aunque la relación entre el estado conyugal y el conocimiento sobre el método varió por región, las mujeres que nunca habían estado casadas tuvieron más probabilidades que las mujeres casadas de haber usado anticoncepción de emergencia en países donde existieron diferencias significativas. En algunos países, residir en una zona urbana se asoció con el hecho de haber escuchado sobre el método, pero solamente en tres países las mujeres que residían en zonas urbanas tuvieron mayor probabilidad de haberlo usado.
Conclusiones
Nuestros hallazgos apoyan la necesidad de una mayor difusión de la información sobre la anticoncepción de emergencia, dirigida particularmente a personas de más bajos ingresos. Las variaciones en uso y conocimientos dentro de las regiones sugieren la necesidad de que los programas se diseñen de acuerdo con las características de cada país; y las investigaciones futuras deberían aportar estudios de caso de países con los más altos niveles de aceptación del método, para destacar las mejores prácticas.