Contexto
El sesgo de deseabilidad social (lo que se considera como socialmente deseable) es problemático para los estudios que dependen de datos autoreportados sobre la conducta sexual. Cuando las normas de género establecen expectativas diferentes acerca del comportamiento socialmente aceptable para hombres y mujeres, estos se enfrentan a presiones diferentes a la hora de informar sobre ciertos resultados, lo que puede distorsionar la valoración de riesgos relacionados con el VIH y las ITS.
Métodos
En 2009, y durante la tercera ronda del Estudio de Escolaridad y Adolescencia en Malaui, se recolectaron datos sobre relaciones y conducta sexual entre 1.750 hombres y mujeres de edades comprendidas entre los 16 y los 18 años que no se habían casado. Los datos se recolectaron por medio de auto-entrevistas asistidas por computadora (audio-CASI). Un grupo de comparación compuesto por 311 jóvenes completó un cuestionario idéntico en entrevistas cara a cara. Para analizar si el tipo de entrevista pudo haber influido en los datos aportados por las personas participantes sobre conductas sensibles, se compararon los informes sobre experiencias sexuales de los dos grupos. Por medio del análisis de regresión logística múltiple, se identificaron las asociaciones entre el modo de entrevista y los informes sobre estas conductas, agrupados por género.
Resultados
Según los modelos de regresión ajustados, los hombres mostraron una probabilidad menor de informar sobre una compañera sentimental en audio-CASI que en las entrevistas personales (cociente de probabilidades, 0,4), y una probabilidad mayor de informar sobre relaciones sexuales con un familiar o maestro (3,5). Para las mujeres, los informes sobre compañeros sentimentales o relaciones sexuales no difirieron según los modos de entrevista. Una pequeña proporción de mujeres reportó haber tenido alguna vez relaciones sexuales con un familiar o maestro en audio-CASI, pero ninguna lo hizo en las entrevistas personales.
Conclusiones
El método usado para obtener datos sobre relaciones y conducta sexual puede influir en la prevalencia reportada para algunas conductas clave, en particular entre hombres. Se necesita investigación adicional para mejorar los métodos para la recolección de datos sensibles.