Contexto
A nivel global, la morbilidad relacionada con el aborto impone una carga física, social y económica en las mujeres que, en gran parte, queda sin ser medida; muy pocas investigaciones han examinado la morbilidad a nivel de la población, especialmente en los países en desarrollo.
Métodos
Los datos se obtuvieron de una encuesta representativa aplicada en 2002 en Madhya Pradesh, India, a mujeres casadas en edades de 15–39 años, que tenían al menos un hijo. El análisis examinó 966 intentos de aborto asociados con 737 embarazos. La prevalencia y la severidad de la morbilidad autoreportada se determinaron usando una medición basada en síntomas y otra basada en la estadía en cama. Mediante análisis comparativos y de concurrencia, se evaluó la forma en que las mediciones captaron y clasificaron la morbilidad y cómo sus resultados difirieron entre entornos rurales y urbanos, así como por prestador de servicios y método de aborto usado.
Resultados
Ambas mediciones encontraron niveles relativamente altos de morbilidad relacionada con el aborto. La medición de síntomas registró morbilidad en 58% y 46% de los intentos de aborto en áreas rurales y urbanas, respectivamente; y la basada en la estadía en cama registró lo mismo en 38% y 29% de los intentos en esas áreas. Con cada medición, la proporción de intentos que resultaron en morbilidad severa fue más alta para las mujeres rurales que para las urbanas. Una importante proporción de intentos fueron clasificados como resultantes en morbilidad moderada o severa bajo la medición de síntomas y en morbilidad nula bajo la medición basada en la estadía en cama (16–20%); y una proporción significativa fue clasificada como conducente a morbilidad severa bajo por síntomas y a morbilidad nula o moderada bajo por estadía en cama (6–17%). También aparecieron diferencias en la forma en que las mediciones evaluaron la morbilidad según el prestador de servicios y método de aborto usado.
Conclusiones
Cada medición captó una dimensión distinta de la morbilidad relacionada con el aborto, lo que sugiere que debe usarse múltiples mediciones para evaluar más completamente la carga de morbilidad por aborto en las mujeres en los países en desarrollo.