Contexto
En países como Ghana, donde la ley restringe interrupción voluntarid del embarazo, son escasos los datos que cuantifican la incidencia de este procedimiento. Se obtienen los datos disponibles sobre abortos inducidos en Ghana principalmente en los registros de los hospitales, los cuales no son confiables porque el sistema de registro utilizado no es adecuado y con frecuencia se clasifican los casos de aborto inducido erróneamente.
Métodos
Se utilizó un muestreo aleatorio en multietapas para identificar a 18.301 mujeres, de entre 15 y 49 años, de ocho comunidades en cuatro de las 10 regiones de Ghana, entre enero y marzo de 1997. De las mujeres identificadas, 1.689 estaban embarazadas. Desde marzo de 1997 a marzo de 1998, trabajadores de campo que residían en las mismas comunidades que las mujeres que participaron en el estudio, controlaron el estado de salud y del embarazo de estas mujeres, incluidos los casos de abortos inducidos.
Resultados
Durante el período de estudio, la tasa de aborto inducido en las áreas objeto de estudio fue de 17 abortos por cada 1.000 mujeres en edad reproductiva. Hubo aproximadamente 19 abortos por cada 100 embarazos (ó 27 abortos por cada 100 nacimientos vivos). La mayoría (60%) de las mujeres que se habían sometido a un aborto eran menores de 30 años, y el 36% eran nulíparas. El 45% se habían sometido a un aborto antes de la séptima semana de gestación, y el 90% antes de la décima semana. Solamente el 12% de las mujeres manifestaron que habían obtenido su aborto con un médico. Las mujeres musulmanas tenían menos probabilidades de obtener un aborto. Las mujeres que vivían en las zonas urbanas, que habían estudiado o que tenían cuatro o más hijos tenían mayores probabilidades de someterse a un aborto. Las mujeres que eran trabajadoras independientes tenían mayores probabilidades de obtener un aborto que aquellas que eran empleadas.
Conclusiones
La ley sobre aborto de Ghana no previene que ocurran abortos inducidos. Sin embargo, pocas mujeres de Ghana que procuran un aborto lo obtienen de parte de un médico y parece que la mayoría se induce su propio aborto, con la ayuda de un farmacéutico.