Contexto
La ley de Sudáfrica "Choice on Termination of Pregnancy" (Opción para la Terminación de Embarazos), que entró en vigor en 1997, legalizó el aborto y dispuso que las parteras registradas puedan realizar abortos a las mujeres cuyos embarazos no tengan más de 12 semanas de gestación. Se inició un programa para parteras en todo el territorio del país para capacitarles a ofrecer servicios de aborto a nivel de atención primaria de la salud.
Métodos
Desde octubre de 1999 a enero de 2000, se llevó a cabo una evaluación en 27 instalaciones públicas de atención de la salud ubicadas en las nueve provincias de Sudáfrica para evaluar la calidad de la atención suministrada por parteras que habían sido adiestradas y certificadas para prestar servicios de aborto. Se recopilaron datos mediante la observación de los procedimientos mismos y de las sesiones de consejería; la revisión de los registros de las instalaciones clínicas y de las pacientes; y entrevistas con las pacientes y las parteras certificadas.
Resultados
De los 96 procedimientos realizados por las parteras, unos 85 fueron realizados mediante la técnica de aspiración manual. La práctica clínica de las parteras fue calificada como "buena" en el 75% de los procedimientos. No se registraron complicaciones durante los procedimientos o como resultado de los mismos, y no hubo ningún caso de muerte. Las parteras siempre ofrecieron a las mujeres consejería en materia de anticoncepción después del procedimiento, y la mayoría de las clientas (89%) recibieron un método antes de abandonar el lugar. El inyectable fue el único método que estaba disponible en todas las instalaciones; de las 80 clientas entrevistadas que habían recibido un método anticonceptivo después de someterse al aborto, el 75% recibían el inyectable. Pocas habían recibido condones (1%).
Conclusiones
Las parteras pueden ofrecer servicios de aborto de alta calidad independientemente de los médicos. La capacitación en el aborto debería estar sistemáticamente integrada a los cursos básicos de formación de parteras. Esta capacitación debería poner énfasis en los servicios de consejería postaborto como una oportunidad para informar a las mujeres acerca de la doble protección contra los embarazos no deseados y las infecciones transmitidas sexualmente.