Contexto
Si bien hay un mayor reconocimiento del ámbito y significado del sexo forzado que experimentan las adolescentes en los países en desarrollo, son limitadas las pruebas que existen sobre sus consecuencias con relación a la salud reproductiva.
Métodos
En 2001-2002, se entrevistaron a 575 mujeres con experiencia sexual de 15-19 años como parte de un proyecto continuo de monitoreo en el distrito de Rakai, en una zona rural de Uganda. Se utilizaron pruebas de chi-cuadrado y análisis de regresión logística para investigar la relación entre la primera relación sexual mantenida en condiciones de coerción y determinados comportamientos y consecuencias sobre la salud reproductiva.
Resultados
El 14% de las mujeres jóvenes indicaron que su primera relación sexual había sido mantenida en una situación de coerción. Después de haber tomado en cuenta las características demográficas de las entrevistadas, las jóvenes que indicaron haber mantenido relaciones sexuales en situación de coerción eran significativamente menos proclives que otras mujeres a ser usuarias actuales de anticonceptivos modernos; a haber utilizado un condón durante su última relación; y a haber usado este anticonceptivo en forma continua durante los últimos seis meses. Asimismo, se mostraron más proclives a indicar que su último embarazo era no planeado (entre las mujeres que alguna vez estuvieron embarazadas) y que habían tenido uno o más síntomas de infección en el tracto genital.
Conclusiones
La coerción durante la primera relación sexual es un importante problema social y de salud pública que tiene serias repercusiones en la salud reproductiva y el bienestar de las mujeres jóvenes. Las medidas que se adopten para mejorar la salud reproductiva de las adolescentes deben encarar directamente la cuestión de la coerción sexual.