Contexto: En 2018, la República Democrática del Congo (RDC) despenalizó el aborto bajo ciertas circunstancias a través del Protocolo de Maputo. Sin embargo, poco se sabe sobre la disposición de las instituciones de salud del país para proveer servicios integrales de aborto.
Métodos: Se utilizaron datos de 1,380 instituciones de salud a partir de la Encuesta Inventario sobre la Evaluación de la Prestación de Servicios (EPS) con el fin de evaluar la disposición para proveer servicios de aborto en cuatro dominios: terminación del embarazo, tratamiento básico de complicaciones postaborto, tratamiento integral de complicaciones postaborto y servicios anticonceptivos postaborto. Los análisis utilizaron una aplicación modificada del enfoque de función de señales de atención obstétrica de emergencia; los criterios para disposición se basaron en las pautas de la Organización Mundial de la Salud.
Resultados: Treinta y un porciento de las instituciones de salud de la RDC cumplieron con los criterios de disposición para la provisión de servicios de aborto. La proporción de instituciones clasificadas como preparadas fue mayor en los centros urbanos que en los rurales (50% vs. 26%) y en hospitales respecto de centros de salud o centros de salud de referencia (72% vs. 25% y 45%, respectivamente). Pocas instituciones de salud estuvieron preparadas para proveer ya fueran servicios básicos o tratamiento integral para complicaciones postaborto (4% y 1%); la mayor preparación para proveer esos servicios se presentó en los hospitales (14% y 11%). Solamente un tercio de las instituciones de salud mostró estar preparado para proveer servicios anticonceptivos postaborto. La inadecuada disponibilidad de medicamentos (ej., misoprostol, antibióticos, anticonceptivos) y de equipo fueron las más grandes barreras para la preparación.
Conclusiones: La mayoría de las instituciones de salud de la RDC no estuvieron preparadas para proveer servicios integrales de aborto. Mejorar la disponibilidad de productos vitales para la salud aumentará la preparación y tiene el potencial de reducir la prevalencia de embarazos no planeados y la demanda futura de servicios de aborto.