Contexto
Guatemala tiene unos de los índices más bajos de salud reproductiva y las más grandes disparidades en salud en América Latina, particularmente entre las mujeres indígenas y las ladinas. Para reducir estas disparidades, es necesario comprender la forma en que las desventajas lingüísticas, socioeconómicas y residenciales de las mujeres indígenas se relacionan con su subutilización de los servicios de salud reproductiva.
Métodos
Se usaron análisis de regresión logística de una muestra representativa de mujeres en edades de 15–49 tomados de la Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil 2008–2009 para estimar las disparidades étnicas en el uso que hacen las mujeres de los servicios prenatales y de parto, así como en la demanda satisfecha de anticonceptivos modernos. Con base en probabilidades predichas, estimamos hasta qué punto dichas disparidades entre mujeres indígenas y ladinas fueran atribuibles a las barreras del lenguaje que enfrentan las indígenas, así como a su desventaja socioeconómica y su residencia en áreas rurales.
Resultados
La diferencia étnica en el uso de servicios institucionales de atención prenatal fue pequeña; sin embargo, una proporción mucho menor de las mujeres indígenas que las mujeres ladinas dieron a luz en una institución de salud (36% vs. 73%); asimismo, fue importante la diferencia en la proporción con necesidad de anticonceptivos modernos satisfecha (49% vs. 72%). El hecho de no hablar español explicó la mayor parte de estos diferenciales étnicos. La deficiente escolaridad de las mujeres indígenas y su residencia en el medio rural explicaron una menor parte del diferencial étnico en el uso de anticonceptivos modernos comparado con su desventaja económica.
Conclusión
El hecho de que una alta proporción de mujeres indígenas usan los servicios de atención prenatal sugiere que una mayor integración de los tres servicios—prenatales, durante el parto y de la planificación familiar—puede aumentar el nivel de partos que ocurren en instituciones de salud y el uso de los anticonceptivos modernos. Incorporar personas que hablen los lenguajes mayas locales al personal de las instituciones de salud podría también ayudar a aumentar el uso de estos servicios.