Contexto
En México, donde el aborto inducido en gran parte continúa siendo ilegal y clandestino, el contar con datos confiables sobre su incidencia y la morbilidad relacionada es crítico para fundamentar las políticas y programas. La única estimación nacional disponible sobre aborto es para 1990; y, desde entonces, los cambios demográficos y socioeconómicos probablemente han afectado su incidencia.
Métodos: El estudio usó estadísticas oficiales sobre mujeres que recibieron tratamiento por complicaciones relacionadas con el aborto en hospitales públicos en 2006; y datos de una encuesta aplicada a profesionales de salud, informados en el tema. Se utilizó técnicas de estimación indirecta para calcular medidas de aborto nacionales y regionales, las cuales se compararon con las estimaciones de 1990.
Resultados
En 2006, un número estimado de 150,000 mujeres recibieron tratamiento por complicaciones de aborto inducido en hospitales del sector público; y se estimó que una de cada 5.8 mujeres que tuvieron un aborto inducido recibió dicho tratamiento. El número total estimado de abortos inducidos en 2006 fue de 875,000; y la tasa de aborto fue de 33 por 1,000 mujeres de 15–44 años. Entre 1990 y 2006, la tasa de aborto aumento en 33% (de una tasa de 25). La severidad de la morbilidad debida al aborto inseguro disminuyó (como se observó a través de estancias más cortas en el hospital), pero no así la tasa anual de hospitalización—que fue de 5.4 por 1,000 mujeres en 1990 y 5.7 en 2006. La tasa de aborto fue similar al promedio nacional en tres regiones (34–36), pero sustancialmente menor en una de ellas (25 en la región Sureste).
Conclusiones
En México, el aborto clandestino continúa afectando negativamente la salud de las mujeres. Las acciones recomendadas incluyen la ampliación de los criterios legales para el aborto en todo México, el mejoramiento de los servicios de anticoncepción y postaborto, así como la expansión de la capacitación relacionada con la provisión del aborto seguro, incluido el aborto médico.