Contexto
La relación entre la percepción que tiene las personas sobre su riesgo de contraer la infección del VIH y su uso del condón no es muy bien comprendida. Es crucial conocer esta relación para desarrollar estrategias eficaces para combatir la infección del VIH y el SIDA.
Métodos
Se utilizaron datos recopilados del Inquérito Nacional sobre Saúde Reprodutiva e Comportamento Sexual dos Jovens e Adolescentes, que se realizó en Mozambique en 2001, para comparar las evaluaciones de los propios jóvenes de 15–24 años de su riesgo de contraer la infección del VIH con las evaluaciones de los investigadores basadas en los datos de los jóvenes sobre su conducta sexual, actual y previa. Mediante análisis bivariados y de regresión, se examinó la relación entre la evaluación de riesgo correcta y la probabilidad del uso del condón durante la última relación sexual.
Resultados
El 27% de las mujeres y el 80% de los hombres que se consideraron no encontrarse en situación de riesgo o de tener un riesgo reducido de contraer la infección del VIH, se encontraban realmente en un nivel de riesgo moderado o elevado. Tanto entre los hombres como entre las mujeres, la prevalencia del uso del condón durante la última relación sexual fue más del doble entre aquellos que indicaron su nivel riesgo correctamente que entre aquellos que no lo hicieron (30% contra 14% para los hombres y 16% contra 6% para las mujeres). El análisis multivariado indicó que la evaluación correcta estuvo positivamente relacionada con el uso del condón; la asociación fue influenciada en gran medida por el uso del condón entre personas que nunca se habían casado. Los hombres que nunca se habían casado y que evaluaron su nivel de riesgo en forma correcta, eran un 18% más proclives que otros hombres a indicar que habían usado el condón; entre las mujeres que nunca se habían casado, las que tenían una percepción correcta eran un 17% más proclives que las otras mujeres a haber usado el condón.
Conclusiones
Los mensajes educativos en este campo deberán estar dirigidos para permitirles a las personas evaluar correctamente su propio nivel de riesgo de la infección del VIH, y deberán alentar un cambio de conducta basado en una autoevaluación con respecto al riesgo.