CONTEXTO: En gran número de los países en desarrollo, la mayoría de las adolescentes sexualmente activas están casadas. Aunque con frecuencia se asume que las adolescentes casadas tienen poco riesgo de contraer la infección por VIH, se conoce muy poco acerca de los verdaderos riesgos que corren estas adolescentes o sobre las formas de minimizar estos riesgos.
MÉTODOS: Se usaron datos recopilados por las Encuestas Demográficas y de Salud realizadas en 29 países de África y América Latina para examinar los factores que pueden incrementar el riesgo que tienen las mujeres casadas de 15–19 años de contraer la infección por VIH.
RESULTADOS: Varios factores sociales y de comportamiento pueden incrementar la vulnerabilidad de las adolescentes casadas ante la infección por VIH. En primer lugar, estas jóvenes tienen relaciones sexuales frecuentes y sin protección: en la mayoría de los países, más del 80% de las adolescentes que habían tenido relaciones sexuales sin protección durante la semana anterior estaban casadas. Segundo, las mujeres que contraen matrimonio siendo muy jóvenes tienden a casarse con hombres mayores (promedios de diferencia de edad, 5–14 años) y, en las sociedades poligámicas, con frecuencia estas jóvenes son las esposas secundarias; ambos son factores que pueden incrementar las probabilidades de que los esposos estén infectados y pueden debilitar el poder de negociación de la mujer dentro del matrimonio. Tercero, las adolescentes casadas tienen relativamente poco acceso a la educación y a las fuentes de información sobre el VIH. Finalmente, las estrategias más comunes de protección contra el SIDA (abstinencia, uso del condón) no son opciones realistas para muchas de estas adolescentes casadas.
CONCLUSIÓN: Es necesario contar con nuevas políticas e intervenciones, especialmente dirigidas a los perfiles sexuales y del comportamiento de las mujeres en cada país, para abordar las vulnerabilidades de las esposas adolescentes. En algunos países, postergar la edad para casarse puede ser una importante estrategia; en otros, puede resultar más valioso lograr que las relaciones sexuales dentro del matrimonio sean más seguras.