CONTEXTO: Las diferencias de género influyen en la toma de decisiones en materia de salud reproductiva. La mayor parte de la información en este área en América Latina proviene de los datos suministrados por las mujeres sobre la participación del hombre en ese proceso.
MÉTODOS: Los datos fueron recopilados en Honduras en 2001 a través de dos encuestas nacionales que utilizaron muestras independientes de hombres de 15–59 años y de mujeres de 15–49. Se usaron análisis bivariados y multivariados para identificar los factores relacionados con las actitudes y conductas de los hombres con respecto a la toma de decisiones sobre el tamaño deseado de la familia y el uso de la planificación familiar.
RESULTADOS: En general, el 25% de las mujeres y el 28% de los hombres indicaron que el hombre solo debería ser responsable de por lo menos una de estas decisiones sobre reproducción, y el 27% de las mujeres y el 21% de los hombres manifestaron que así lo fue en su hogar (i.e., el hombre solo había tomado una o ambas decisiones). Entre las mujeres, los factores de no tener hijos y vivir en una unión consensual estaban relacionados con actitudes que apoyaban un proceso de decisión centrado en el hombre. Cuando examinamos los factores que incidían en que la toma de decisiones había sido de hecho centrada en el hombre, los factores significativos entre las mujeres eran haber cursado estudios inferiores a secundario, pertenecer a una condición socioeconómica media o baja, y residir en una zona rural. En lo que respecta a los hombres, haber obtenido un nivel de educación inferior al secundario y vivir en una unión consensual estaban asociados con ambos resultados, las actitudes y conductas acerca de la dominación del hombre en tales decisiones. Las mujeres que alguna vez habían usado o que estaban usando anticonceptivos modernos fueron significativamente menos proclives que las que nunca los usaron o que estaban usando métodos tradicionales a mantener las actitudes que apoyaban que el poder de toma de decisiones se centrara en el hombre.
CONCLUSIONES: Los programas deberían reconocer los desequilibrios de poder entre los géneros, los cuales afectan la capacidad de la mujer para lograr sus metas reproductivas. En las zonas rurales, los programas deberían centrar la atención en los hombres, alentándolos a comunicarse con sus cónyuges y a adoptar en forma conjunta las decisiones en materia reproductiva.