Contexto
Como la mujer puede iniciar por su propia cuenta el uso del condón femenino, se cree que el uso de este método le facilita su protección contra las infecciones transmitidas sexualmente (ITS), incluida la infección del VIH. No hay pruebas acerca de los factores relacionados con el uso inicial o regular del condón femenino.
Métodos
En 1998, se entrevistó a una muestra de 1.740 consumidores sexualmente activos que visitaban tiendas que disponían de condones masculinos y femeninos en una zona rural de Zimbabwe, un año después de haberse iniciado una campaña de mercadeo social. Se realizaron análisis de regresión logística para evaluar los factores relacionados con el uso del condón femenino alguna vez y con su uso usual (siempre o con frecuencia) con sus cónyuges o sus parejas regulares no casadas.
Resultados
La facilidad de uso y el costo accesible percibidos del producto y el uso previo del condón masculino estuvieron relacionados con el uso alguna vez entre hombres y mujeres. El uso regular con el cónyuge estuvo negativamente relacionado con haber tenido parejas múltiples durante el último año (razón de momios, 0,3) y estuvo positivamente relacionado con el uso del método para evitar un embarazo (5,4) y con el uso previo del condón masculino (8,0). El uso regular con la pareja usual no casada estuvo relacionado con numerosas variables, incluida la facilidad de uso percibida (1,9) y la eficacia para la prevención de las ITS (3,8), la baja percepción de riesgo del VIH (2,4), y el uso del método para prevenir el embarazo (2,9) y las ITS (2,3).
Conclusiones
La facilidad de uso y el costo accesible percibidos pueden alentar a las parejas a probar el condón femenino, aunque dichas calidades no siempre conduzcan al uso regular. Como las razones para usar este método pueden variar entre las relaciones de parejas casadas y las parejas no casadas, probablemente es necesario presentar el uso del condón femenino en una forma determinada para cada una de las diversas poblaciones objetivo.