Contexto
Las relaciones con los "sugar daddies," hombres amantes maduros y ricos que mantienen relaciones con jovencitas, presentan grandes asimetrías de edad y de ingresos, lo cual constituye un importante factor de diseminación del VIH en el África Subsahariana. Es necesario disponer de información sobre estas relaciones—y acerca de las asimetrías económicas y de edad—para determinar su generalización y evaluar su relación con respecto a un comportamiento sexual inseguro.
Métodos
La muestra incluyó a 1.052 hombres de 21–45 años que fueron entrevistados en Kisumu, Kenya, en 2001. Los datos sobre estos hombres y sus 1.614 parejas recientes con las cuales no estaban casados fueron analizados para calcular la prevalencia de los casos de "sugar daddies" y las relaciones de "sugar daddies," así como la prevalencia de una amplia gama de disparidades de edad y de nivel económico entre las parejas no casadas. Se crearon modelos de regresión logística para evaluar las relaciones entre el uso del condón durante el último coito y varias medidas de asimetría etaria y económica.
Resultados
El promedio de diferencia de edad de las parejas sexuales no casadas fue de 5,5 años y el 47% de las mujeres eran adolescentes. El 14% de las parejas presentaban una diferencia de edad de por lo menos 10 años y el 23% representaron más de la cantidad media de asistencia material que proporciona el hombre a la mujer en una relación íntima. Los hombres que indicaron que tenían por lo menos una relación con ambas características fueron definidos como "sugar daddies", y éstos ascendían al 5% de la muestra; las relaciones con "sugar daddies" constituyeron el 4% de las relaciones. Las relaciones de "sugar daddies" y las más elevadas asimetrías de edad y económicas estuvieron asociadas con una menor probabilidad del uso del condón.
Conclusiones
Si bien las relaciones de "sugar daddies" no están tan difundidas como generalmente se asume, las asimetrías de edad y económicas de las parejas no casadas son relativamente comunes. Estas asimetrías están relacionadas con el no uso del condón. Si se incrementa el poder de las mujeres que mantienen relaciones sexuales asimétricas se podría mejorar su capacidad para negociar con su pareja un comportamiento sexual más seguro, como por ejemplo el uso del condón.