Contexto
Los jóvenes de Ghana se ven muy afectados por los grandes cambios sociales, y sus necesidades en materia de salud reproductiva pueden diferir de acuerdo con el grupo social, de edad y de género a que pertenecen.
Métodos
Se realizaron entrevistas personales sobre cuestiones de salud sexual a una muestra de 704 jóvenes que nunca se habían casado, de 12-24 años, en tres pueblos de Ghana. Esta muestra incluyó a jóvenes que asistían a la escuela, a programas de aprendizaje, o que simplemente no asistían a ninguno de esos centros de formación (no afiliados).
Resultados
Más de la mitad de los entrevistados habían tenido relaciones sexuales alguna vez (52%); la razón de momios ajustada para las mujeres era de 1,6 en comparación con los hombres, y la de los no afiliados y miembros de los centros de aprendizaje eran de 2,5-3,2, en comparación con aquellos jóvenes que asistían a la escuela. Las probabilidades de haber tenido relaciones sexuales durante el mes previo a la encuesta fueron elevadas entre las mujeres (2,0) y los que asistían a los centros de aprendizaje (2,7). Aproximadamente el 25% de las entrevistadas que tenían experiencia sexual indicaron que su primera relación sexual había sido una violación o un acto forzado, y el 9% indicaron que habían sido engatusadas o engañadas; el 20% de los hombres informaron que habían recurrido a la coerción o al soborno para iniciar una relación sexual. Ambos grupos, hombres y mujeres, aceptaron que había violencia hacia la mujer y el grupo de jóvenes no afiliados presentó el nivel más elevado de aceptación, en tanto el grupo que asistía a la escuela tenía el más bajo. Casi todos los entrevistados (99%) conocían el condón, pero menos de la mitad (48%) podían identificar alguno de los cuatro elementos que corresponden al uso correcto de este anticonceptivo; las mujeres y los jóvenes con menos experiencia sexual fueron los menos informados al respecto. Los dos tercios de los entrevistados consideraron inaceptable que los hombres tuvieran condones a su disposición, y las tres cuartas partes también consideraron inaceptable que las mujeres tuvieran este método en su poder. El 25% de los hombres y el 8% de las mujeres indicaron que habían tenido una enfermedad transmitida sexualmente. Un tercio de las mujeres que tenían experiencia sexual habían quedado embarazadas; el 87% de estos embarazos eran no deseados.
Conclusiones
Los programas de salud reproductiva dirigidos a los adolescentes deberían centrar la atención en las necesidades de grupos específicos.