Contexto
Las clínicas de planificación familiar que planean agregar los servicios de atención a las infecciones de transmisión sexual (ITS), deberían considerar alternativas a los logaritmos de riesgo adaptados de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para identificar las mujeres que están infectadas.
Métodos
Se entrevistó y examinó a una muestra de 767 clientes de planificación familiar de la ciudad de Kingston, Jamaica, de las cuales se obtuvieron muestras para detectar casos de gonorrea, clamidia y tricomonas. Se analizó el suero para detectar casos de sífilis. Los modelos de decisión para clasificar a las mujeres que tenían ITS se compararon mediante el uso de criterios clínicos y estadísticos. Los modelos incluyeron las clasificaciones de ITS con base en la suma ponderada de los factores de riesgo de las ITS; con base en la presencia de dos o más factores identificados a través de una entrevista; o con base en una entrevista aumentada con la prueba de orina (por medio del método de evaluación rápida). Estos modelos fueron comparados con el logaritmo de riesgo adaptado de la OMS, desarrollado originalmente para las pacientes con ITS en Jamaica.
Resultados
Los factores relacionados con la infección fueron el resultado de un examen de orina leukocyte esterase dipstick (LED) superior a 1+ (lo cual indica una probabilidad de infección con base en la concentración de enzimas de glóbulos blancos, usando una escala de negativo, traza, 1+, 2+ y 3+); haber tenido varias parejas sexuales durante el último año; presencia de un cuello friable; y tener menos de 25 años de edad. Otro factor de riesgo adicional únicamente para la infección cervical (gonorrea o clamidia) era el manchado luego de relaciones sexuales. La descarga vaginal no estuvo significativamente relacionada con la infección. Para la infección cervical, el logaritmo de riesgo inclusive adaptado de la OMS fue el menos exacto (un valor positivo de predicción del 14%), los logaritmos de riesgo ponderados resultaron ser los mejores (un valor positivo de predicción del 23%), en tanto que la entrevista sola y la evaluación rápida de riesgo fueron un poco menos exactos (un valor positivo de predicción del 20%).
Conclusiones
El logaritmo de riesgo inclusive adaptado de la OMS no pareció apropiado para las mujeres que no presentaban síntomas. La evaluación rápida de riesgo fue de más fácil administración y de mejor nivel de predicción. Las pruebas de orina LED pueden resultar útiles cuando no se pueden realizar los exámenes de pelvis. Para identificar mejor las mujeres que necesitan de consejería y de mayor atención médica o tratamiento, otros modelos de evaluación de las ITS—que no sean el logaritmo de la OMS—deben ser analizados en otros ambientes de alta prevalencia de ITS o donde las pacientes son poco probables de procurar mayor atención médica.