Contexto
Desde 1972, se han estado desarrollando periódicamente los índices de rendimiento de los programas de planificación familiar en gran escala. Estas puntuaciones tienen por finalidad identificar el trabajo y la solidez de los programas, en forma independiente a resultados tales como el nivel de uso de anticonceptivos o el cambio de la fecundidad.
Métodos
Se enviaron cuestionarios a observadores expertos quienes formularon juicios sobre los detalles del trabajo del programa que se realiza en aproximadamente 100 países en desarrollo. Estas respuestas correspondientes a cada país se convirtieron en 30 puntuaciones del programa, las cuales fueron luego clasificadas en cuatro grupos de componentes que representaban el trabajo del programa. Se calculó un índice general sobre el trabajo del programa, lo cual presentó la suma de las 30 puntuaciones de las características.
Resultados
El promedio del índice de trabajo del programa fue más elevado en 1999 (54% de la posible puntuación máxima) que en 1994 (48% del máximo). Los países que al principio presentaron puntuaciones bajas mejoraron considerablemente más que aquellos que al inicio registraron puntuaciones elevadas; en 1999, la brecha entre los dos grupos era pequeña. En el promedio, los programas sólidos y débiles presentaron una gran disparidad de los perfiles de las puntuaciones; los países más sólidos lograron una puntuación promedio mayor que los más débiles con respecto a cada una de las categorías de las características. Todos los países, fuere cual fuere su puntuación promedio, fueron selectivos con respecto a las características que destacaron en sus programas, aunque los programas más débiles resultaron ser más erráticos con respecto a esta selectividad de énfasis. Los programas más sólidos se han estabilizado en una puntuación de aproximadamente el 80% de la puntuación máxima. La más elevada prevalencia del uso de anticonceptivos continuó registrándose en aquellos países que disponen de un entorno social favorable y de programas más sólidos.
Conclusiones
Muchos países en desarrollo han ampliado sus programas de salud reproductiva, conforme a las recomendaciones emanadas de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de 1994. Los mejores en el índice de trabajo y las puntuaciones de los programas sugieren que los países han podido hacerlo sin debilitar seriamente los esfuerzos que realizan en el campo de la planificación familiar.