Contexto: Los fondos de los donantes parecen ser insuficientes para apoyar la creciente demanda de servicios que prestan los programas de distribución comunitaria de anticonceptivos (DCA). Una solución a este problema podría ser reducir la remuneración de los agentes de estos programas, aunque este enfoque podría reducir su productividad. Asimismo, los programas deben considerar reducir otros costos, incluidos los de supervisión y capacitación.
Métodos: Se calculó el costo de cada visita que hace una trabajadora DCA—incluidos los costos relacionados con el pago a las trabajadoras y supervisores y los gastos por concepto de capacitación—correspondientes a tres programas DCA en Tanzania. La medida de productividad se basó en las visitas en que se distribuyeron anticonceptivos o se refirió a las interesadas a servicios de planificación familiar. Se utilizaron técnicas de simulación para examinar el impacto del cambio de remuneración de las trabajadoras con respecto a los costos por visita, asumiéndose diferentes niveles de gastos de capacitación y supervisión.
Resultados: El programa que les pagó a las trabajadoras la mayor compensación anual (US $398) también presentó el nivel más elevado de costo por agente ($701), aunque también presentó el más elevado número de visitas ofrecidas hechas por la trabajadora (425). El programa que presentó el nivel de compensación más bajo por agente ($33) también presentaba elevados costos por agente ($558), porque sus otros costos eran elevados y sus agentes producían pocas visitas (105). Mediante esta técnica de simulación se observó que un aumento del costo de la remuneración de una trabajadora reduce el costo de cada visita, porque aumenta el número de las mismas, y de esa manera se distribuyen los costos por concepto de supervisión y capacitación sobre un número mayor de visitas.
Conclusiones: El desafío que enfrentan los programas DCA que procuran reducir sus costos, es determinar cuáles son los gastos que se pueden reducir, para que minimice una reducción del número de visitas. Por ejemplo, los programas que gastan poco en sueldos podrían mejorar su rendimiento si aumentan éstos, y reducen los gastos de supervisión y capacitación.