En 1994, se llevaron a cabo 10 grupos focales para analizar los atributos de los métodos anticonceptivos entre 77 mujeres de bajos ingresos, residentes en 10 barrios de la Ciudad Juárez, México. Las deliberaciones dieron por resultado que las mujeres tienen una gran preferencia por los anticonceptivos altamente eficaces que le permitan a la usuaria mantener su sangrado mensual regular y que no le cause efectos secundarios desagradables. El sangrado mensual era especialmente importante para estas mujeres, porque les permitía confirmar que se había prevenido un embarazo. La posibilidad de practicar la anticoncepción sin que su pareja se enterara también fue un importante aspecto para algunas, pero no para la mayoría de las participantes. Entre los numerosos obstáculos para la aceptación de los métodos se mencionaron los problemas del sangrado no deseado, las objeciones de la pareja, el temor que un método irreversible podría producir efectos secundarios intolerables, la preocupación de que los suministradores del servicio les insertarían un dispositivo sin su consentimiento, el temor de no poder concebir rápidamente después de suspender el uso de anticonceptivos, y la molestia de interrumpir un momento íntimo o tocarse para insertarse un método anticonceptivo.