Si bien el status jurídico y la disponibilidad de abortos inducidos varía muchísimo en el Asia sudcentral y sudeste, los resultados de una encuesta realizada en 1996, de 232 expertos profesionales de la salud indican que las mujeres de todos los niveles socioeconómicos se someten a abortos y muchos de estos procedimientos se realizan en condiciones que pueden aumentar los riesgos para la salud de la mujer. En general, se cree que la vasta mayoría de las mujeres con medios económicos de los centros urbanos que procuran abortos acuden a profesionales médicos idóneos; sin embargo, aproximadamente una tercera parte hasta la mitad de las mujeres pobres de los centros urbanos y de las zonas rurales recurren a una amplia gama de servicios no médicos o se inducen ellas mismas el aborto. De todas las mujeres que se someten a abortos en estos países, se cree que aproximadamente un tercio sufre complicaciones médicas, y solamente el 47% de ellas son hospitalizadas para recibir tratamiento; en consecuencia, se estima que una de cada siete mujeres que se someten a un aborto son hospitalizadas debido a complicaciones de este procedimiento. La tasa estimada de 30 abortos por cada 1.000 mujeres de 15-44 años sugiere que anualmente, el 3% de las mujeres del Asia sudcentral y sudeste se someten a un aborto; por lo tanto, de acuerdo con los resultados de la encuesta, es probable que aproximadamente el 1% sufran complicaciones médicas.