De acuerdo con datos recabados por las Encuestas Demográficas y de Salud (EDS) realizadas en nueve países latinoamericanos, las mujeres sin educación tienen familias numerosas, de 6-7 hijos, en tanto que las de mejor nivel edu cativo tienen 2-3 niños, en forma análoga a la mujer del mundo desarrollado. A pesar de estes grandes diferenciales de fecundidad, el número de hijos deseado es sorpresivamente homogéneo a todos los niveles educativos. En tanto que las mujeres de menor y superior nivel educativo tienden a desear familias poco numerosas, la brecha en la prevalencia de uso anticonceptivo entre los dos grupos varía de 20 a 50 puntos porcentuales. Las mujeres de mayor nivel educativo tienen un conocimiento más amplio, una condición socioeconómica superior y actitudes menos fatalísticas hacia la reproducción que las de menor nivel. Los resultados de un análisis de regresión indican que estas características de conocimiento, económicas y de actitud median en la influencia de la escolaridad sobre la conducta reproductiva y en parte explican la gran brecha que existe en la fecundidad entre los estratos educativos, aunque no totalmente.